Días fuera del computador. En medio, un alto y bajo de emociones
decoradas por la siempre fiel música.
Como siempre, los ánimos varían y por suerte hay un disco
esperando cada situación como una buena banda sonora.
El día de hoy Droste
me acompaña, simpatiza con mi enojo. El ep
suena y me promete un paisaje con mucho desfase en mi caminar. Haz sentido
alguna vez incertidumbre de la nada sobre todo? Los primeros segundos me
dispararon la pregunta en la cien.
El diálogo de las cuerdas en la primera pieza me preparan
para el siguiente riff, me permite nadar en medio de un mar de emociones para
luego simplemente dejarme flotar y dejarme llevar por la corriente.
Decido salir con mis audífonos, suena Resonar Infinito, paro la micro, me subo, doy mis monedas y miro a
través de la ventana como la gente rema a su estilo. Por mi parte, decido flotar
a la deriva.
Cada nuevo tema, cada nuevo acorde parecen entender poco a
poco a donde necesitan ir mis pensamientos. Es un disco que juega muy bien con
las pausas, con los matices y con esa sensibilidad para explotar en los
momentos adecuados sin caer en el extremo de volverse un muro sonoro de esos
que noquean a ratos.
La música me hace imaginar algo colosal, peligroso. Pienso si
es para correr? correr y tomar un respiro de todo aquello que nos fastidia para
luego volver de forma estratégica y confrontar.
Casualmente hoy está nublado y debo decir que un poco de
nubes le vienen bien a cada tema, casi tan bien como ese palito de canela que
en ocasiones dejo caer en mi té.
Se está acabando el ep y el paisaje parece
sincronizarse con todo. Las canciones me han volado la cabeza con su ritmo
acelerado y guitarras afiladas. Que buena terapia son Droste.
Puedes escuchar el disco acá
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