miércoles, 31 de mayo de 2017

Ablusion - Soluciones temporales (2016)


¿Cómo encontrar el camino si no sabes que lo estás buscando?

El frio se apoderó de la situación y la conversación se tornó ambigua. La sensibilidad por los poros y yo no estoy dispuesto a ceder en la negociación.

Pasaron pocos minutos y el timbre gritó un par de veces, Ablusion enmascara aquel llamado.
La casa vacía potencia sus lejanas guitarras. El timbre insiste, abro la puerta para vencer la interrogante y allí están los recuerdos que esperaron nacer alguna vez…mi nerviosa mirada incomodó todo.

Subí las escaleras, aceptando que la cantidad de vidas que puedas llegar a tener dependen de cuantas cabezas puedas habitar, y a la hora de controlar las consecuencias todo se reduce a no dar el primer paso en falso.

Cuerdas dialogando mientras se hacen protagonistas de la escena, las voces parecen mirar de lejos mientras comenzar me repite que a pesar de todo el “día está perfecto para comenzar”. Los recuerdos subieron conmigo, vienen a reclamar lo suyo.

Vi el susto y su real cara, mis palabras fueron balas. Una extraña electricidad recorrió mi cabeza y me di cuenta que nunca atravesé el pasillo, jamás bajé esas escaleras. Todo fue muy rápido. No sentí culpa y de alguna forma alteré el orden de las cosas. Miremos al Espacio-sayi atrapa y parece no querer soltarme.

Tuve que viajar a la ciudad. El apondedip pide el repeat para salir del subsuelo y Soluciones Temporales toma otro sabor. Hay veces en que es mejor no tomarse en serio, dejar ir. Cierro los ojos y sigo navegando en Ablusion. Las guitarras decoran el noise de la masa, lo transforman. El capítulo se torna tranquilo y respirar vuelve a ser agradable.

Un repeat más al disco?


Puedes escucharlo acá

martes, 23 de mayo de 2017

Inarbolece – Inarbolece (2016)


La ciudad parece tener caminos predeterminados, como si todo estuviera preparado con antelación y solo un exploit fuera la salvación para caer inmerso en su subsuelo.

Martes? Lunes? Cuando los sentimientos no van al paso de las ideas solo flotas, quedas a la deriva y a la espera de ese pedacito de tierra que te sirve para recobrar un poco el aliento antes de continuar el viaje.

No quiero ir al mar esta vez, algo me dice que debo bucear en el asfalto, enfrentarme al caos. Tampoco quiero esquivar a la masa, quiero atravesarla y el soundtrack elegido no hace más que empujarme al primer paso, remover aquellos sentimientos desde el fondo y permitir que se evaporen para finalmente completar su ciclo.

Inarbolece trabaja con la emoción a flor de piel, es de esas bandas que se beben con la copa rota y de un solo trago. Su intensidad me empuja al mundo inteligible con violencia, es impensado oponer resistencia y el apondedip lo sabe.

La voz desgarradora en medio de su danza con la madera, presenta un camino alternativo a los rincones más escondidos de la urbe, esos que debes recorrer ligero de equipaje. Sé lo que está en juego pero si ya perdí tanta energía sumergiendo cosas, quizás sea hora de vivirlas.

El viento quema la cara, por suerte traje bufanda. La ciudad de los miradores poco a poco pierde hostilidad, pero el humo todavía sigue regresando. Una quemada más, esta vez quiero seguir sin pensar en el retorno, la distorsión no da tiempo a la duda, el bajo marca el paso y aquellos redobles se ofrecen como escudo.

La tierra me regala giros y mi vil ansiedad parece dar sus últimos respiros.

Sí…mi cuerpo es imaginario.
Ojalá lo fuera esta nave.


Puedes escuchar el disco acá


lunes, 15 de mayo de 2017

Pablo Gálvez - Cae el mundo (2017)

“Ver tu alma se vuelve tan simple”

En una hora más tengo hora al doctor, la urbe está lenta…ojalá se tuerza. Me quiero desenredar, atarme a nuevas inteligencias.

Las masas me atacan con su estruendo diario. Las alarmas y llamadas, la combinación mortal.

El apondedip se da de forma natural en esta banca, tan pequeña frente a colosales. No me queda otra que refregar los vientos. Buscar en aquella acción literaturas para nuevos monólogos interiores; he ahí la cuestión. Tengo que alargar el libreto.

Cae el mundo - Pablo Gálvez

Deshazte de ella…le digo a mi reflejo en las hojas. La canción suena y recuerdo todas las edades. Mis audífonos apañan pero extraño profundamente los fujitel. La melodía se escabulle por la sien, me la aprendo y ¿quién baila en bancas?…hoy hay consuelo.

“¿Cuántas vidas voy a vivir? ¿Cuántas veces?”

Prendo un cigarro y la cosa avanza, qué momento, no? ¿Quién tiene la culpa? De seguro no la tengo yo… es de todos o de nadie. Converso con el poema y llego a la conclusión de que debería creer  solo en lo que estime más sano. ¿Qué escogiste tú?

Las cuerdas al aire relatan felicidad, la mañana descanso al parecer y me siento libre. Como diría un hermano a lo lejos, “la vida es tuya no más”.

Los minutos corren y olvido tanto. Ya tengo que irme. Aún no he preparado el discurso para la blanca bata.

La inversión me descoloca y me propone excusas para marchar. “No nos va a separar” escucho por ahí… espero que no. Al parecer no va a llover pero siempre habrá algo que te va a alentar. Es hora de lo otro.

Puedes escucharlo acá

lunes, 8 de mayo de 2017

Reina Luisa - El Tibio Calor del Sol cuando se Apaga (2017)

La lluvia ha vuelto y me desintegra como una semana lo hace a un finde.

Camino y camino por las largas calles de la veloz metrópolis. Los edificios me observan y el concreto no puede ser más real. Tanto así que se me pierde el cielo.
Las visitas siempre son extrañas pero hay ocasiones donde la ejecución de la misión es más efectiva si el tecnicismo es pegajoso, que el cuerpo pida baile y el humo sea un perfecto amante.

El tibio calor del sol cuando se apaga Reina Luisa

Las máquinas nunca me habían hecho tanto sentido, me convertí en engranaje cotidiano. Reviso el celular, miro la hora y apuro el paso, tengo que llegar.
La velocidad de los ojos no parece ser suficiente, la ciudad es una cerca, ¿cómo pasar?
Los buenos muchachos me calman con sus palabras mientras la gente modela a su estilo. 
La pasarela es enorme esta vez, suena solo y la bohemia es un trueno. Aún queda luz en esta calle.

En qué momento me solté de sus manos? Pensé. Hay apondedip parece… mejor me callo.
La noche es una musa y su color me pesa. No es momento para rabias, la vida nunca espera. Lo tengo más que claro pero ¿es acaso un algo del que debería estar pendiente? Debería estar corriendo como loco todos los días…bajo la piedra está la oportunidad.

Comienza 500 años y tomo un respiro. Estoy ni tan cerca ni tan lejos. La noche anuncia fiesta… pues tengo que reclamar lo que es mío. Se supone que soy libre ¿no? En caso de inseguridades, da igual... le puedo rezar a alguien.

Me queda muy poco, mis pupilas ya memorizaron los pasadizos. Encuentro en la última canción una foto, me hace cuestionarme si era necesario alejarse tanto de casa. Abrazos a mi padre y a mi madre que de seguro han de estar viendo algo juntos.

Llego. Reviso el lugar, mi ropa se ilumina. Si, parece que es aquí. El arpegio me lo afirma.
Las voces finalizan y dan mi entrada.

Puedes escucharlo acá

  

lunes, 1 de mayo de 2017

Emisario Greda - Anhelario (2017)

“Mírenlos, quémenlos, mátenlos”

Fue tan insistente el sueño pero no lo dejé triunfar, me tuve que levantar y hacer la rutina del acorbatado. La luz interceptó en los pocos vestigios que quedan de mi rostro; practiqué toda gestualidad necesaria para no morir.

Recorriendo mi fiel carpeta musical, me encontré con lo nuevo de Emisario Greda y puse atención.
Sin planificar nada puse play y me entregué a la música. Quise diagramar mis siguientes pasos pero no atiné a más que cargar mi reproductor musical, tomar mi chaqueta para combatir el frío de la costa y salir a caminar tratando siempre de no pisar mis propias huellas.

La música sigue pero ahora anclada a mis oídos.

La armonía es sofisticada así que debo serlo yo también. El día parece detenerse mientras escucho el disco y levemente pienso que mis pasos fueron los más lentos siempre. Las guitarras conversan y una voz me dice que tenga calma, pero es difícil caminar cuando la música te invita tan cordialmente a flotar entre la masa.
La persona de atrás creo que va algo apurada; le abro camino.

Los semáforos carecen de color, el cuerpo pide lluvia y extraño mi lugar… hay mucho apondedip por estos lares.

El disco mata los minutos mientras suena. El presente me ofrece una canción y los diablos en cada hombro desaparecen, vuelvo a un antes. Evito la micro, esta vez prefiero caminar, de todos modos me alcanza el tiempo. Tomo de la mano a mi  “yo” y nos vamos a dar un paseo acompañado de las cuerdas que dialogan entre arpegios y articulaciones. En el viaje abrazo todos los recuerdos, los estrujo y los vuelvo a guardar en aquel baúl pero esta vez no tan al fondo.

Podría devolverme y hacer esto de nuevo.

La sensaciones que la música transmite no son para nada desconocidas, las proceso, enmarco sus siluetas y al parecer me hacen mucho sentido. Anhelario es el perfecto compañero para adentrarte en los rincones de la ciudad hasta encontrar aquellos lugares que parecen ajenos pero cercanos al mismo tiempo.

Escucho su canto y el azul parece una buena opción. El sol va a salir y reflexiono ¿Cómo llegué hasta acá?

Las cuerdas parecen finalizar algo…podría escribir mil líneas pero por esta vez prefiero sacar mi termo y pasar el frío sentado mientras vuelvo a darle play desde el principio. 

Nunca es suficiente diálogo cuando la compañía es tan buena.

Puedes escucharlo el disco acá