lunes, 24 de abril de 2017

Trementina - Almost Reach The Sun (2015)

Me mira y rápidamente tira las monedas con la mejor de las punterías. Levanto la cabeza y busco el mejor asiento de la micro y no lo encuentro. Nos detuvo el rojo y yo atiné a ponerme los audífonos.

Almost Reach The Sun  de Trementina.

El viaje es largo y el sol se cuela por la ventana. La tarde se acaba y las violentas guitarras acompañan mi equilibrio en este largo pasillo. Kisses In Your Eyes me sostuvo, bien firme, muevo la patita.

Rápidamente las cosas avanzan, todos juntos, un desplazamiento puro. Beside me acompaña, me presenta su voz y la sigo con la cabeza. La dulce simpatía de las cosas es el título que aparece en mi mente, la gente parece acompañarme, todos formados y sentados. Un escenario estático en movimiento.

El viento es un intruso y este me acaricia la cara. Brilliant Noise se hace presente. El sonido del bajo me convida de su vida y yo la devuelvo con una sonrisa. Las voces octavadas me invitan a tiempos anteriores y yo sin darle color, acepto.

La micro hace una parada y los individuos se bajan. Encuentro un asiento junto al vidrio, el chofer acelera mientras suena Hazy Youth. Ahora el paisaje atiende a mi brisa. La nave va veloz y el mar es la película perfecta. Cada vez hay  menos gente, y el sol se está escondiendo. Es un poco delirante cuando el día se va acabando, por no decir triste. Que el apondedip no me gane.

A medida que avanza el disco, Trementina entibia mi pensar. La canción melancólica aparece y acompaña lo que queda de rojo en el atardecer. Me alejo de la fiel ventana y me preparo para descender. Detengo la máquina.
Camino y el ruido de a poquito me recuerda que estoy vivo. Los acordes bailan y yo prefiero pensar en alguien más. Basta de mí.

Freno, espero un poco. Respiro y obedezco la batería. La marcha sigue mientras las luces se funden en mi panorama.

El cielo se apaga y los destellos artificiales parecen brotar más seguido. La guitarra se vuelve loca y me digo a mi mismo como extrañaba esto. Desafortunadamente un fade out se manifiesta y las llaves están en mi mano. 

Recuerdo la micro… y entre tantas interrogantes diarias, me aflora una.

¿En qué pensaban?

Puedes escucharlo acá

lunes, 17 de abril de 2017

Siempre Llueve al Atardecer - Siempre Llueve al Atardecer (2016)

Dicen que si nunca dejas salir lo que sientes, te marchitas poco a poco.

Esta idea me viene dando vueltas hace días, desde dónde germinó? Quién sabe. A estas alturas siento que he perdido tanto tiempo, y tanto de mi se ha dormido que no vale la pena agregar más escenas al guión.

Quizás es una forma un tanto melancólica de incitarme a saltar ese muro que yo mismo ayudé a construir…pero, quién dice que la nostalgia y la melancolía son sentimientos que uno no debería experimentar? La estabilidad está sobrevalorada. La mente necesita de esos matices, mezclar un poquito de colores primarios para llegar a aquel que entrega personalidad al cuadro.

¿Acaso padezco de algo?

Llevo rato atrapado en guitarras, el tiempo parece suspendido. Siempre llueve al atardecer es de esas bandas que quieres acompañar junto a un té y un poco de humo para de una vez por todas dejarse llevar por el apondedip. Su música te incita, te anima, luego te detiene como aquella calma después de la tormenta y finalmente te suelta tan suavemente que pareces flotar.

Se que estás corriendo es la responsable de tantas decisiones que luchan entre ellas para ser las elegidas y las determinantes.

Entre cuerdas y unas voces que se suman de forma no invasiva, parte un disco que en menos de tres minutos creó un escenario con ese tinte azulado de los días fríos para pasar enérgicamente a en silencio nos juntamos, un tema cargado de esa necesidad de salir y correr con el único propósito que el de sentirme más rápido que el resto solo por esta vez. La aceleración se convierte en lema. Supongo que es normal que al sentir que estoy terminando el guión, tenga urgencia por llegar a la parte final y ver si es lo que pensaba que sería.

La velocidad no disminuye y sigo convencido de que la nostalgia se baila. El número se adhiere a mis brazos y ojalá poder ser una danza eterna. Siete termina y me deja con una sensación de que el primer paso a la cura es reconocer el síntoma.

Comienza Siempre llueve al atardecer y de inmediato se sienten gotas recorrer mi rostro triunfante, luego de bucear dentro de un mar de ideas con el fin de conocer mis propios límites. De estar dispuesto a rodar cada plano y vivirlo sin rezar por un deus ex machina.

Pocas veces el bajo tiene la misión de acompañarme y ser el principal guía para terminar mi viaje. El atardecer se acaba.

Sumo otra razón para caminar un poco más lento bajo la lluvia y cerrar los ojos. 

Puedes escucharlo acá

lunes, 10 de abril de 2017

Voy y Vuelvo - Cada Incendio es Temporal (2016)

A lo lejos alguien me saluda y creo reconocer a esa persona, levanto la mano y ligeramente la muevo de un lado hacia otro. Desaparece entre tanta gente, hago caso omiso y sigo la dura vereda.  Me quedo pensando y trato de hacer memoria, pero desconozco totalmente aquella silueta. ¿Nos acabábamos de regalar algo?

En fin, aterrizo a casa y tiro las cosas al suelo. El romanticismo y sus nostalgias invaden mi cabina y yo voy directamente hacia mis fujitel, el apondedip no espera.

Le puse aleatorio al winamp y suena una guitarra muy bajita, algo saturada. Dudé de mis parlantes, pero inmediatamente una batería me saca del cuestionamiento y un fiel ritmo me invita a tragarme las mañas de siempre. Voy y Vuelvo al parecer es mi día. Busqué el Ep Cada incendio es temporal (2016) y le puse play como se debe.

Suena Algo de tiempo. La canción apaña al color de la tarde, las guitarras me invitan a explorar, a visitar a ese amigo de años anteriores, ese que está en otro lado a muchos kilómetros de mi sombra.
El sonido también me recuerda los años de colegio, cuando esperabas el timbre para salir a recreo, o simplemente la campana para salir a vagar por ahí. A revisar lo que me estaba perdiendo, durante tantas horas de encierro.



A veces el desorden arregla las cosas. Termina la canción y ahora suena  Podría hacerte mal.

Tengo muchas fotos en mi cabeza y es imposible no observarlas, quedarse pegado en algunas deseando volver a aquellos momentos. Hay veces que recordar es dañino pero que hay de malo en revisar un poco de tu lista de errores y de esbozar una leve sonrisa, querer reescribir un poco el guión? La banda me dice que las imágenes colapsan si involucramos a terceros, y tiene razón. Las multitudes crecen rápido, más aun si uno cuenta su reflejo. Uno siempre se deja para el final.

“Se apagan y mueren”

Suena Rabicun y lo que me expone me hace pensar en la rebeldía de las cosas, en las primeras mentiras y en las primeras promesas que uno nunca cumplió, quizás no intencionalmente.

Creo que sale más a cuenta no vivir del pasado y simplemente enfocarse en lo que se construye y de paso obsequiar pequeños algo, partir un guión de cero.

En mi volada, despabilo un poco y me doy cuenta que queda un puro
temita. La música ha ido abrazando mi robótico yo, ojalá que me dure la lección. Que el día no se vuelva noche, que eterno sea.

El atardecer se viene y Vuelves siempre me motiva aún más a aprovechar el día, que la madera no se oscurezca. La flexibilidad es necesaria e impulsivas son las horas. Si queda un sorbo de energía…para qué derramarlo, tengo que salir. Voy y vuelvo.

Puedes escucharlo acá

lunes, 3 de abril de 2017

Platillo Volador - Lo Orozco (2015)

En el cielo y en la tierra, en todos lados.

Entre los innumerables intentos de reencontrarme conmigo mismo, arriba y colgando, está mi luz, la luz de mi pieza. Entrecierro los ojos y que veo? pues un platillo arremetiendo contra la pupila.

Luego recordé esa música, tan visceral, tan lejana. Recordé a Lo Orozco(2015), sonando mientras me apoyaba en la ventana. Revisé mi carpeta y ahí estaba…Platillo Volador.

Lo cargué al reproductor y decidí pasar las horas con esta joyita. Son las 2 de la tarde, quiero caminar, el apondedip lo pide.

Abro la puerta, suena Baba Yagá y empieza mi persecución, no lo puedo describir mejor, es raro. La ciudad parece amoldarse a su ritmo; acelerado, a veces calmo, a veces hipnótico.

Algo se detuvo, suena la maquinita.



Comienza Tololo mientras mis ojos analizan la ciudad y sus curiosas esquinas, el riff es vertical y cae directo en la nuca. Sigo caminando, un aura de reflexión domina mis pasos junto a sus mil dudas sobre mi existencia y la perfecta sincronía de las cosas; porque todo es un relojito…me lo dijo el plato volador que no estaba tan allá arriba sino más acá abajo, junto a nosotros, los engranajes. El arte de las maquinarias y micromecánica, todos juntos.

Dudé de mis audífonos pero no, Tololo cesó.

Suena Cimas de Diamantes, me pongo de acuerdo con la métrica, sonrío un poco y existo. Se me une Diaguita y bueno…se tiñe un poco grisáceo, me recuerda a cada segundo el lugar donde estoy…la ciudad. 

Las cuerdas conversan y comienzo a extrañar cosas que no viví. Anhelo los años mozos como dijo mi papá una vez.

Busco por la calle y encuentro el banquito más amistoso; me siento. Trato de pensar en algo más sólido pero la música no me deja ir, me mantiene atento a cada detalle, a cada capa, el monstruo ruge, y ruge fuerte.

Somos solo yo y el monstruo…me atrapo ¿o me atrapó?

Escucho unos perros!; Isla Macross me despierta del viaje.

Me repongo y realmente este disco es para calibrar el esqueleto, despojarte de tu cáscara. Amarro bien la cara y sigo caminando, quién sabe dónde.

Ahora es cuando suena Platillo Volador sobre la localidad de matanzas. Los arreglos de sintetizadores y pianos están muy bien pensados, se complementan bien con los arpegios. Disonantes en momentos, coinciden con el quiebre de paisaje, el mar está cerca.

Me aproximo a la costa mientras suena Carrusel, la gente contraria a mi dirección parece convertirse en ráfagas de luz, mi vista parece estar a 8” de exposición. 

Miro el reloj, mientras el azul del mar me llama y me desafía a encontrar el brillo del tesoro. 
Platillo Volador de esa forma termina el tour y me devuelve a la tierra…creo que ahí estaba antes. 

Deslizo los ojos hacia arriba y me hago la última pregunta. Sonrío. 

Puedes escucharlo acá